Wednesday, January 27, 2010

Gym




Hoy pasaron dos cosas muy importantes para Estados Unidos, la primera es que Barack Obama dió un tremendo discurso de “State of the Union”. La segunda es que yo fui (por tercera vez) al gimnasio.

Les puedo hablar del primer suceso importante, pero ser aburrirían y además yo no tengo ganas. Así que voy a dedicar este post al gimnasio del campus de mi universidad.

No es la primera vez que intento ir al gimnasio, cada dos o tres años me envalentono y me anoto en uno, me visto con mis shorts y alguna remera de fútbol, y todo flacucho y con cara de perrito mojado entro en la jungla de hombres enormes y chicas lindas. Conozco al “profe”, siempre un tipo gigantesco que sin siquiera mirarme me da una rutina (la que le da a todos los escuálidos que entran y que dejan a las dos semanas) y hago lo propio hasta que me harto del gimnasio, de la gente, de los posters de minas en mallas de lycra y me voy para nunca más volver.

A decir verdad, mi vergüenza e inseguridad nunca son tan grandes como cuando voy a un gimnasio. Cuando tengo que cambiar las pesas de una máquina de 80 kilos a 15 kilos siento que todos se ríen, aunque nunca vi a nadie hacerlo. Lo peor es que si se rieran, no podría hacer nada al respecto.

Hace dos semanas fui a la oficina decidido a ir finalmente al gimnasio, puse las zapatillas en la mochila, short, medias, una remera y estaba listo. Todo contento les conté a todos que iba al gimnasio, hasta que me di cuenta que me había olvidado la toalla y el intento de hacer deporte terminó en borrachera. Pero había sido un primer paso.

La semana pasada repetí el ritual, pero esta vez con toalla y todo. Terminó mi día laboral, respiré hondo y me metí en esa jungla de gente con cuellos anchos y que masca chicle sin razón aparente. Entré y ya me perdí, le pregunté a la chica de la puerta que carajo hacía y me explicó que tenía que bajar al vestuario, dejar mí tarjeta de estudiante y que me iban a dar un candado para el armario y una toalla (ouch). Después descubrí que la toalla era chiquita y era más que nada para el sudor y me sentí mejor.

Con la voz temblorosa le pedí a la chica mi candado y mi toalla, dejé mis cosas en el armario y subí a la sala de máquinas.

Debo decir que me sentí menos intimidado que de costumbre, porque si bien había mucha gente y muy musculosa, la mayoría no pasa de los 23 años porque son alumnos de la universidad. Y se ven todos muy chiquitos. Como son pocos los gimnasios que tiene el campus, no importa cuántas miles de cintas de correr y variantes de estas pongan, siempre va a estar lleno. Por eso hay una pizarra donde cada uno tiene que escribir su nombre en el renglón de la cinta en la que está corriendo, y si no hay ninguna libre tiene que poner si nombre en el renglón de alguna cinta y esperar el turno.

Cuando hoy llegué, estaban todas las cintas ocupadas y había un par de gente esperando. Yo, haciéndome el vivo, empecé a mirar a los corredores a ver cual tenía pinta de que se iba a cansar primero, y no me fue muy difícil. Un gordo monumental estaba sudando mares en la cinta número 8, con una sonrisa en la boca fui a anotarme en la lista 8 y claro, ya había alguien anotado ahí (era la única en la que había alguien en espera, se ve que todos pensamos lo mismo). Entonces me anoté en la cinta en la que estaba corriendo una chica, que no tenía idea de cómo se corre, cada pierna iba a su ritmo, al igual que sus brazos y cabeza. Parecía que no había ningún tipo de unión entre cada miembro de su cuerpo. Para mi sorpresa, ni el gordo ni la chica dejaron sus cintas hasta que yo iba casi terminando mi turno… nota mental: dejar de prejuzgar a gordos y espásticas.

Terminé de correr mis 20 minutos (sí, 20 minutos, yo también estoy así orgulloso y de cansado) y me fui a hacer aparatos. Déjenme decirles que este gimnasio tiene todos los aparatos del mundo. Miles, para cada cosa, miles y miles de aparatos. Además de bicicletas fijas con una pantalla desde la que podés jugar carreras con el de al lado, todos los aparatos que se venden en la tele a la madrugada y miles televisiones en cada canal.

Algunos detalles pro: Cada televisión tiene el audio en una frecuencia de radio distinta para que la puedas escuchar desde tu radio portátil o Ipod, todos (todos) secan las maquinas después de usarlas, cada ducha tiene gel corporal y shampoo para los usuarios.

Tal buena fue la experiencia que ya es la tercera vez que voy, la gente es chiquita, no me da miedo y el lugar es menos deprimente que todos los gimnasios de barrio a los que fui en mi vida. Ahora, a la sala donde están las pesas (separada de las máquinas) todavía no me animé a entrar. Ya les contaré cuando lo haga.

Tuesday, January 19, 2010

Conciencia

Mierda... tengo que actualizar el blog...

Saturday, January 2, 2010

Feliz 2010!!!!!!!!!!!!!!!!!

Así como la navidad se siente y se disfruta mucho más en este hemisferio frio y lluvioso, debo decir que el fin de año se da de forma completamente inversa.

Es muy raro festejar fin de año en invierno, no se siente fin de año cuando hace frio, la gente no está de vacaciones y nada cambia partir de enero. Para ellos, fin de año cae en medio de las vacaciones de invierno, pero todo termina en mayo y empieza en agosto, entonces ¿para que cambian de año en diciembre? Háganlo en junio que es donde verdaderamente pasa algo.

Toda esta introducción para contarles que este fin de año, no lo sentí realmente un fin de año. Creo que mi año va a terminar en mayo, cuando me gradúe de la maestría y tenga que decidir qué voy a hacer de mi vida por los próximos meses para alargar esta bella fantasía que estoy viviendo desde hace un tiempo.

A pesar de que no siento que sea un fin de año, me veo obligado por contrato con blogspot a hacer un balance que de lo que fue un gran gran gran 2009.

Este fue el año de los viajes. Lo empecé en Argentina, seguí en Washington DC, a las dos semanas de llegar me fui un fin de semana a México DF, después pasé por Miami para un festival de música, después pasé dos meses intensos trabajando en México, volví a Buenos Aires, Washington, pasé por Londres, unos días en Phoenix y volví a
Londres para terminar el año.

Este también fue un año de mucho crecimiento tanto profesional como personal. Estuve de consultor en cinco campañas en México durante dos meses, ayudé a crear una materia para mi maestría en la que voy a ser profesor asistente, estoy desarrollando dos proyectos que no les voy a contar para no quemarlos y hasta estoy publicando en algunos medios locales interesantes.

Por último, este también fue el año en el que conocí a gente muy especial y en el que profundicé amistades que ya tenía. Algunas fueron en USA o en México y gracias a ellas mi vida fue mucho más fácil y feliz en estos lugares, otras fueron en Argentina o Inglaterra donde la distancia hizo que con algunas personas nos sintamos más cerca que nunca.

Por donde sea y por donde se lo mire este fue un gran año que nunca voy a olvidar, espero que el 2010 sea todavía mejor, pero va a tener que esforzarse mucho. Pero si este fue un año inolvidable es gracias a vos que estás leyendo este post, sea cual fuere el lugar que hayas ocupado en mi vida este año y por eso, todas las palabras que escribí antes son solamente una excusa para terminar este año y este post diciéndote: MUCHAS GRACIAS.