Lo primero es la familia!!!!!!!!!!

A veces pienso que me gustaría ser un poco más rebelde, pero la verdad que me encanta mi familia. Claro que a veces nos peleamos, nos pateamos y nos tiramos cosas, pero la mayor parte del tiempo nos queremos, abrazamos y nos tiramos cosas. Somos poquitos, quizás por eso nos queremos tanto, porque sabemos que contamos los unos con los otros. Siempre.

El domingo antes de irme de Buenos Aires, mi papá (de ahora en más el licenciado) organizó un almuerzo con toda la familia en un restaurante de Sushi (Kasher) en la Recoleta. Yo en realidad pensé que iba a ser un una comida tranquila con el lincenciado, mi hermano tito y, quizás, la mujer de mi viejo Jaia.

Pero no.

Resultó que mi papá había invitado a todo el mundo y todo el mundo incluye a los siguientes personajes:

Ricardo Chacra y novia de turno: Ricardo es un personaje muy querible, socio del licenciado, compañero de aventuras y un empresario exitoso. Últimamente había salido en los medios como el empresario anti-K que le había ganado una licitación a los empresarios pro-K. Un turco que si lo encontrás en un mercado de Estambul no te llamaría la atención.

Licenciado y mujer: El licenciado siempre fue un tipo espiritual, o en la búsqueda de eso. Cuando conoció a Jaia (ex Elisabeth) en un encuentro de solos y solas organizado por la mamá de la misma (también presente en el almuerzo de sushi) ella era devota de Sai Baba, y el se acercó a este misticismo hindú de dioses con cabezas de animales y polvitos blancos que se ponían en la frente. Años después su búsqueda espiritual los llevó al judaísmo de peluca, polleras largas, barba, trajes negros, comida que viene con sellito y vodka. Todavía siguen en esta etapa.

Mamá Diana con mi abuela Gucia: Sí, mi abuela se llama Gucia, increíble, no? Nunca me había dado cuenta hasta como los trece años cuando un día pensé: “es cualquiera que mi abuela se llame Gucia, que carajo significa Gucia?” Y así es, por eso no me sorprende tanto llamarme Yehonatan. Mi mamá nunca se volvió a juntar después de la separación, por eso viene con mi abuela.

Tito: Mi hermano es lo más, es una versión muy mejorada de mí. Talentoso en todo lo que emprende, popular, querido por propios y extraños, buen tipo, fachero y la única persona cercana a mí con posibilidades de ser famoso algún día. Ex músico virtuoso devenido en genial escritor.

Nelly (mamá de jaia): Personaje muy particular. Mamá de Jaia que se dedica hace mas de quince años a organizar fiestas de “Solos y Solas” donde reúne a más de mil viejos con inquietudes, a base de tragos, música de los ochenta, un show en vivo y de irse del lugar con un par de teléfonos o (como dicen los jóvenes ) imeils para contactar el domingo a la tarde y, si todo sale muy bien, no tomar mate solos.

Tía Estela: La estrella de la velada. Mi tía es más una prima que una tía, recién divorciada de mi (ex?) tío Dani ella está siempre a 220. Con dos hijas pequeñas muy parecidas a mí la más grande y a tito la más chica (¿adivinen cual es mi preferida?) se da el gusto de decir lo primero que piensa cada vez que quiere y encima viajar a Brasil, a Miami y nunca haber trabajado. Una genia la tía.

Habiendo presentado los personajes de esta comedia, quería transcribirles algunos momentos de tan amena charla antes de que se me borren de la cabeza por exceso de whisky, cerveza y capítulos viejos de Friends.


Dialogo 1

- Tía Estela (entra a escena, gritando): Basta, me cansé de los hombres, mi próximo novio va a ser puto!!! Si puto, porque los putos son atentos, limpitos y tienen una sensibilidad que los hombres no tienen. Así que el próximo novio que me buscan tiene que ser bien puto.

Ante tanta mala palabra vemos al costado de la pantalla como el licenciado y Jaia se comienzan a incomodar.

- Chacra y señora (sentados en la silla en frente de ella, hablan en tono conciliador): “Pero no creo que te den bola los putos”.

- Tía Estela (mas segura de lo que estaba diciendo que nunca): “Dejáme a mí y vas a ver, algún puto voy a encontrar”.

- Licenciado y Jaia: Al escuchar la palabra puto por vez número quince y cada vez en un volumen mayor, y rodeados de judíos con barba (sí, mujeres también) y apariencia de respetar todas las costumbres milenarias, levantan la mano en señal de alto y dicen bien bajito: “Pará con eso, que es de mala educación”

- Yo (entro en escena indignado porque me estaban robando el momento por lejos más divertido del almuerzo): “No viejo, así no. Si nos traen a un lugar de religiosos se la bancan… si no, nos vamos a una cantina en la Boca y ya”.


Dialogo 2

Ante la verborragia de la Tía Estela, mamá Diana se poné en ritmo y se pone a la par en cantidad de palabras por segundo y volumen de la voz.

Un cono del silencio cae sobre mi hermano y yo que estábamos sentados al lado:

Yo: “Te imaginas si un día nos enteramos que mamá y la tía estaban siempre pasadas de merca (cocaína) y que nosotros que nos creemos los rebeldes en realidad somos unos giles?”

Tito: “Claro, ¿sabés como veo a esto? Que así deben ser las cenas de las estrellas de Rock cuando ya están pasadas. No cuando están de fiesta con minas en pelotas tiradas por todos lados, birra y eso… sino cuando toman merca durante el día, se ponen pesados y nadie los soporta”

Yo: “Totalmente, algo así deben ser los almuerzos de los rockeros viejos, medio decadentes, que siguen tomando whiskey del pico, tienen sus groopies ya viejas, casi no se les para y son medio depresivos”

Tito: “Como Sandro, Charly… Los Stones”

Yo: “Ey, los Stones puede ser, pero Keith Richards tiene toda la onda todavía y puede tomar toda la merca que quiera”

Tito: “Es verdad”.